Derechos de autora para autoras

Camilo Ayala y Socorro Venegas

Dirección de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM

¿Es posible estudiar el derecho de autor desde una perspectiva de género? Esa fue la primera pregunta que inició el proyecto del Seminario Web Vindictas “Derechos de autora para autoras”, efectuado entre mayo y junio de 2020, que llamamos así para recalcar que presentábamos algo distinto y que provocara desde el principio una reflexión o al menos que despertara curiosidad. ¿Qué ocurre con la gestión de los derechos autorales por parte de las creadoras? Vinieron más preguntas sobre el sentido de la organización y todo se fue construyendo con la certeza de que escucharíamos hablar de derechos autorales con una distinta sensibilidad. 

Dar este nombre al seminario también fue un reconocimiento al hecho innegable de que, por años, a las autoras no se les permitió publicar, firmar contratos, cobrar regalías o heredar derechos. Hubo un tiempo en el que las mujeres tuvieron que adoptar un pseudónimo masculino para acceder a la tinta y al papel. Escondían sus escritos o los libros que leían debajo del bordado. Hubo un tiempo en el que la hija le pedía permiso al padre para escribir. Hubo un tiempo en el que el marido de la escritora suscribía acuerdos con las editoriales o las revistas y cobraba en su nombre sus derechos. Hubo un tiempo en el que las mujeres no tenían acceso a las academias de la lengua. Hubo un tiempo en el que las escritoras se sentían satisfechas y felices si alguien comentaba que escribían como si fueran hombres. Todo esto, visto como una serie de hechos históricos no siempre significa que sean cosas que hayan quedado en el pasado, todavía se revelan inequidades como mujeres con salarios menores que sus pares, jurados donde no hay una sola mujer o las tareas de los cuidados que recaen exclusivamente en mujeres, como si esa fuera una misión inherente a su sexo, etcétera. Por eso el horizonte deseado es que en el futuro estas vindicaciones sean innecesarias, y ese futuro lo debemos construir día con día. 

¿Es posible estudiar el derecho de autor desde una perspectiva de género? Creemos que sí, que el género marca tendencia en el ejercicio del derecho y por lo tanto se pueden examinar de esa manera los casos particulares de autoras o titulares de derechos de autor en cuanto a registro de obra, administración de derechos, transferencia de derechos patrimoniales de autor, cobro de regalías, entre otras cuestiones. 

Los cambios tecnológicos de las últimas décadas han traído nuevas formas de transmisión del conocimiento y diversos tipos de escritura y de lectura. La industria editorial que presenciamos durante la mayor parte del siglo XX parece hoy lejana, muy lejana. Todo ha cambiado; lo han hecho la edición, la impresión y la comercialización de productos culturales. Se observa que el papel de cada uno de los agentes de la industria editorial se ha entremezclado y se presentan distintos problemas que impulsan a que los estudiosos del derecho de autor examinen la doctrina legal y realicen interpretaciones innovadoras. 

Sin embargo, hay un cambio mayor, mucho más importante y es la participación femenina en el campo de la edición. Entrar a una editorial alemana, española o mexicana en la década de 1960 era ver hombres en todos los puestos acompañados de secretarias recibiendo dictados o haciendo café. Hoy no es así. Toda editorial tiene entre 70% y 75% de mujeres en su personal operativo y directivo. Elba Sánchez Rolón, de la Universidad de Guanajuato, es coordinadora de la Red Nacional Altexto; Sayri Karp, de la Universidad de Guadalajara, es presidenta de la Asociación de Editoriales Universitarias de América Latina y el Caribe, y Marisol Schulz es directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. La edición, el mundo del libro, tienen una creciente presencia femenina.

El cambio también se ha dado en el catálogo de las editoriales. Cada vez hay más escritoras. En la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM creamos en 2019 la colección de novela y memoria Vindictas, un proyecto de rescate de obras cuya altura literaria e innovación estilística las hace imprescindibles en toda biblioteca personal. Esa colección es la vindicación de la escritura de las mujeres; porque la escritura no fue inventada por los hombres sino por el género humano. Sin embargo, la literatura elaborada por mujeres ha sido subordinada, menospreciada, excluida e ignorada. No basta con señalarlo. Enmendar esa situación es dar luz a quienes no la han tenido, abrir espacios para quienes se les han negado. Las y los lectores de Vindictas están encontrando una visión, una sensibilidad, una identidad distinta. Ese descubrimiento o, para ser precisos el ir acordes con el nombre de la colección, esa revalorización, es una apuesta literaria e ideológica. 

¿Es posible estudiar el derecho de autor desde una perspectiva de género? Pensamos que sí. El derecho intelectual es una garantía para las creadoras y los creadores y forma parte de los activos intangibles de la industria; su respeto es indicativo del nivel de civilidad de una sociedad. Somos mejores al reconocer los derechos de autora para las autoras. Seremos una mejor sociedad cuando en todos los espacios se reconozca así.


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